El pasado 17 de diciembre los integrantes, los amigos del Club Ciclista Lucero, decidimos darnos un homenaje y brindar por nosotros y lo que nos ha llevado a coincidir en esta etapa de la vida, la amistad y el ciclismo.
Y no fue porque quisiéramos hacer ciertas las famosas palabras del poeta romano Juvenal, “Mens sana in corpore sano”, aunque la cena fue de gran calidad. Sino porque por encima del placer gastronómico preferimos las palabras anónimas que nos recuerdan que un amigo es alguien con quien se puede no hacer nada y disfrutar de ello. Si ya pasamos a marcarnos unas risas o compartir mesa y mantel o hasta unos kilómetros sobre nuestras monturas, la amistad cobra un grado muy especial.
La amistad, la comunión con el prójimo, es lo que nos hace realizarnos por completo y ser lo maravillosos que somos.
Somos una banda cojonudas!!! Y encima le damos a los pedales
Y la gratitud acapara en todo momento la emoción de estar con gente tan estupenda. Gracias por haberme admitido. Es un placer poder compartir con vosotros cada instante.