1ª Etapa. Madrid – Segovia
Bienaventurado eres, peregrino, si descubres
que el camino te abre los ojos a lo que no se ve.
Son las 7 de la mañana de un domingo. La temperatura es suave pero el cielo está algo cargado. Justo en el momento de partir empieza a caer una lluvia ligera, es como si Madrid se despidiera de nosotros con unas pequeñas lágrimas. Nos vamos de viaje, un viaje muy especial, empieza nuestro peregrinaje hacia Santiago.
A los 5 minutos deja de llover. Nosotros ya hemos abandonado la casa de campo y estamos circulando por el carril bici en dirección Norte. Es asombroso al pasar por las calles de Madrid y no escuchar el típico ruido de coches o personas, todo está en calma.
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